Cosas que los youtubers no deberían hacer

Desde su inauguración en 2005, la plataforma de vídeos YouTube, ahora perteneciente al gigantesco mundo de Google, ha ido haciéndose un sitio web de búsquedas casi que imprescindible para la humanidad, ya que millones de vídeos se consumen y publican a diario.

Hace cosa de dos años me empezaron a recomendar vídeos de los que llamaban youtubers, pero, ¿quiénes son en realidad y qué hacen?

“Como estrellas de rock en el firmamento 2.0, estos jóvenes son excéntricos, polémicos, adorados, incomprendidos y, sobre todo, ricos. Ganan millones de dólares gracias a los vídeos que suben a YouTube y son seguidos por hordas de adolescentes.” El Trece TV.

El caso es que el fenómeno youtuber se ha ido extendiendo por todo el mundo en cuestión de pocos años, y ahora, quien no ve los mejores vídeos de los youtubers más famosos poco merecen salir los viernes a tomarse una cerveza.

El caso es que desde que empecé a ver vídeos de algunos en concreto hasta ahora, he podido notar una cierta evolución. No solo se hacen más y más famosos, sino que sus vídeos cambian con el tiempo. Espera, no, con la fama.

Sí, con la fama. Muchas de las estrellas tras la cámara llegan a un punto en el que todo se mueve en torno a ellos, y no es difícil de notar. Por eso hoy he llegado a la conclusión de que hay unas cuantas cosillas  que un youtuber nunca debería hacer. (Por supuesto, toda generalización es injusta)

1. “Escribir” libros.

No entiendo la moda del youtuber escritor, e incluso a veces me resulta un pelín insultante a los verdaderos escritores, por eso merece el primer puesto.

Para empezar está el típico libro que es una absoluta y completa copia de los libros de Keri Smith. Casi todo el mundo conoce ya el clamado Wreck This Journal  de la autora, pero cuando yo comencé a conocer los libros ni siquiera estaban en mi país (hará unos tres/cuatro años) y de hecho mi ejemplar lo compré en Londres. Me pareció completamente original, novedoso y creativo, pero gracias, no necesito mil libros de diferentes adolescentes basándose en la misma idea que la primera vez es original, pero la segunda y la tercera cansan y son innecesarios, sobre todo cuando lo único que vende es la firma de la persona.

En el mundo de hoy en día lo que cuenta es innovar. No puedes coger una idea que ha fascinado a medio mundo y copiarla “a tu estilo”, que para eso ya tenemos el original, que como con todo, es mil veces mejor. (Aparte de que personalmente creo que los retos que se inventa esta gente son inútiles y para nada creativos).

Otro tipo de libro que vende en masas son las súper autobiografías (ueh). No sé si me hace reír o llorar. Que alguien famoso que ha pasado por situaciones extraordinarias escriba una, vale, pero ¿por qué algún adolescente que no ha vivido ni la mitad de su vida va a gastar páginas y páginas en contar por qué decidió subir su primer vídeo? Créeme, a nadie le importa. Una vez más, vende la marca.

Así que, en conclusión, ¿por qué creo que no deberían gastar el tiempo en escribir libros? Primero porque no es lo suyo. Sí, cualquiera puede escribir un libro, pero no todo el mundo vale para el oficio. Y si tú te has hecho famoso por colgar vídeos, sigue colgando vídeos, no experimentes con algo porque has visto que vende, porque sí. En segundo lugar porque lo que en realidad vende es la marca youtuber, no el libro en sí. Ninguno de esos libros llegaría a la mitad de ventas si no fuese por los fans, porque nadie se para en una librería para comprar un libro de una cara bonita que nos cuenta su vida.

 

2. Lo segundo que los youtubers no deberían hacer es dedicarse a la música.

Ojo, no digo que la gente que se dedica a la música en youtube sean malos músicos, hay veces que los covers son incluso mejores que la original. A lo que me refiero es a la gente que de buenas a primeras saca un pedazo de vídeo para su single con cuarenta filtros hipsters, humo de colores y carencia de contexto. Eso sí, la música electrónica y pop barata es el canon para estos jóvenes. ¿Originalidad? De nuevo les falta. Aparte de que muchas tienen letra que parece ser escrita por Abraham Mateo, songwriter, la inmensa mayoría suenan igual: voces planas, mucho chumba chumba del barato y melodía… mejor no hablar de ello. Los gustos musicales son un área muy peligrosa, pero no creo que a nadie que le guste ese tipo de música vaya en busca de esos singles chatarra. Cómo no, vuelve a ser el personaje quien da rienda suelta a la venta obsesiva.

 

3. Por último (y solo porque tengo los dedos doloridos) están los Daily Vlogs.

Me encantan los vídeo blogs, soy muy cotilla. Me encanta ver qué hace la gente, sobre todo si viven en la otra punta del mundo y sus vidas son completamente distintas a la mía, pero bebés, consejito del día: todo en exceso es malo.

Actualmente todo el mundo se queja del exceso de tecnología, en concreto de los smartphones. Que si estás comiendo con alguien y mientras hablas la otra persona está chateando, que si ahora nos hacemos selfies con todo, que si bla, que si ble. Esto es lo mismo, pero en vídeo. ¿Quién coño soportaría vivir con alguien que va con una cámara constantemente y que lo graba todo? ¿Que la comida tiene una pinta increíble? Espera, que lo grabo. ¿Que voy a un concierto? ¿Para qué disfrutar de la música? Espera, que lo grabo. ¿Que un amigo viene de la Conchinchina? Antes de saludar, grabo.

Personalmente, no me importa un pimiento (no llaméis a Sin Chan) tu vida diaria. Sí, un viaje está bien, un festival, un acto importante, la preparación de una fiesta, cosas puntuales. Pero no tengo la necesidad de ver media hora sobre tu vida todos los jodidos días, y si a alguien le interesa, se llama obsesión. Oh, tía, ¿has visto lo que ha subido hoy? Sí, tía, su perro dio dos volteretas y comieron pollo asado. ¿Cómo vivir sin saber esto? ¿Por qué leer, estudiar para los finales, ver fotos de cachorros, cuando puedes ver esto?

 

En fin, como mi profesor de arte dice: no toda la obra de un artista es buena y hay obras de artistas no conocidos muy buenas.

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